EL NACIMIENTO
Me llamaron para nacer y no es poca cosa...,
me tocó un hogar sencillo, ni humilde ni rico, uno como tantos otros que existen en este bendito país, pero éste, en particular, tiene una historia algo especial...es que hace unos años también fue llamado desde un hermoso pueblo para que naciera en él, y es así que vengo a ser el fruto de un amor que me fue gestando durante largos años, hasta que hoy me fue dicho: "...es aquí y ahora".
Si bien mis padres son primerizos y tienen sus dudas y temores, nos hemos buscado tanto que ya no sabemos quien le esta dando vida a quien.
Naceré a orillas de un río para que el agua me bendiga siempre, como él, esperan de mí, que aunque no llegue a ser el más grande trate de ser el mejor, a veces pienso que será por eso que me han puesto su nombre.
Para educarme y contenerme invitan a mi nacimiento a todos sus amigos y a los que aún no lo son, porque me han dicho que estando ellos solos, les faltará sabiduría para darme a luz, y que necesitarán de mucha gente para que pueda recibir el soplo de vida final... el alma de un pueblo.
También me dijeron que naceré con las primeras notas de quienes canten y bailen para mí, con el deseo de dejarme su nombre y el de su pueblo para siempre.
Que hermosa paradoja...todos aquellos que vengan a darme vida, mis padres, se irán siendo mis hijos...los hijos del festival.
Un sueño es... màgico en si mismo, solo con la fantasia de imaginarlo hace que se viva con tal intensidad que a veces logra confundirse con la realidad. EL SUPLICANTE señores, es un sueño ancestral que nos atrevemos a seguir...